ECOLOGÍA Y GESTIÓN URBANA

Para muchos de nosotros, contar con una abundante presencia de insectos y otros pequeños seres vivos en nuestro entorno, no es sólo una cuestión de disfrute personal, sino un síntoma de cómo nuestras acciones en el medio condicionan a otras especies en los espacios que compartimos. En los lugares más degradados o simplificados, la biodiversidad es escasa, estando presentes sólo aquellas especies más generalistas que, normalmente, son las que nos generan más problemas. Sin ser muy conscientes de esto, pagamos un alto precio a cambio de tener extensos monocultivos de gramíneas a los que llamamos céspedes; una escasa y decreciente presencia de árboles maduros; alcorques minúsculos y compactados que nos resultan “limpios” y una arquitectura que se vuelve cada vez más hermética a la fauna urbana.

A modo de ejemplos, nos encontramos con problemas fitosanitarios en el arbolado urbano. Los árboles más jóvenes sufren las consecuencias de una población disparada de pulgón, que libre de sus depredadores naturales,  suelta la melaza que deja la acera pegajosa. Estos restos de melaza ofrecen las condiciones ideales para el desarrollo posterior de hongos sobre las hojas. Otras veces, aparecen grandes cantidades de larvas de típulas en los céspedes, que ocupan y ensucian los caminos que discurren por las zonas verdes. Mosquitos y algunas especies de mariposas nocturnas, pueden convertirse en un verdadero incordio durante las noches de verano. También las cucarachas y ratas pardas muestran picos en sus poblaciones de forma cíclica, acorde muchas veces a cambios en las condiciones ambientales (lluvia o aumento de temperatura), que en algunos casos les favorecen y en otros los hacen salir de sus lugares habituales. En estas condiciones, resultan mucho más visibles en las calles de las zonas urbanas. Incluso las palomas domésticas pueden suponer un problema importante en el mantenimiento y limpieza de edificios con valor histórico.

Así, en los entornos urbanos, nos encontramos con varios conflictos entre el ser humano y otras especies con las que cohabita. No obstante, estos problemas los ha provocado nuestra manera de gestionar la ciudad y sus espacios verdes. Al simplificar el hábitat, lo que estamos haciendo es expulsar a las especies que mantienen bajo control a estas otras especies que nos causan problemas. Ejemplos de esta simplificación los encontramos cuando se diseñan jardines compuestos por grandes extensiones de césped; se reforman edificios, eliminando todo hueco apto como refugio o lugar de cría para rapaces o murciélagos; o cuando con nuestro afán de ordenar y “limpiar”, usamos herbicidas para los alcorques o parterres.

Es cierto que en ocasiones, como puede ser la reforma del tejado o fachada de un edificio, se pierden los refugios naturales, pero también es cierto que se puede aprovechar esa misma reforma para incluir elementos que compensen la pérdida de refugios. Existen en el mercado multitud de cajas nido, apropiadas para ofrecer un lugar de cría para muchas especies. Incluso se pueden hacer diseños a mayor escala para incluir espacios más grandes, como en el caso de las colonias de murciélagos.

Existen a nuestro alrededor infinidad de insectos que se alimentan de pulgones y otras plagas. Golondrinas, aviones comunes y vencejos se alimentan de mosquitos durante el día, y los murciélagos hacen lo mismo durante la noche. Estorninos negros, mirlos y urracas, buscan incansablemente las larvas de las típulas en los jardines. Lechuzas y autillos, buscan desde lo alto de los edificios -o árboles grandes- a roedores y cucarachas. Incluso pequeños halcones, como los cernícalos vulgares, o los mismos halcones peregrinos, mantienen bajo control a los topillos de los jardines y las palomas.

En resumen, contamos con los medios y la capacidad para gestionar de otra manera nuestras ciudades, haciéndolas más amigables a las especies que nos ayudan a reducir los problemas que hemos causado. Desde ATERPEAK, contribuimos a mejorar estos espacios urbanos aportando conocimiento, elementos para fomentar la presencia de estas especies y tomar medidas de control biológico, como pueden ser las cajas nido para aves, murciélagos o incluso hoteles para insectos y creemos que cada pequeño gesto, cada pequeña decisión, puede ayudar a crear un entorno más agradable, equilibrado, saludable y estético, mejorando así la calidad de vida de todos nosotros.