«Estaba yo un día solo. Había pasado el águila real, y no solamente me había brindado uno de sus penetrantes vuelos de caza, sino que había estado describiendo las más fantásticas acrobacias en compañía de su pareja. ¡El águila! El macho y la hembra colgados en el cielo estuvieron como cinco o diez minutos, ¡quién sabe!… ¡Yo estaba prendado de sus alas!, ¡yo quería volverme pájaro!»
Félix Rodríguez de la Fuente
Allá donde estés gracias por ayudarnos a que este proyecto alzara el vuelo.
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Hasta siempre amigo…