
Estamos en plena temporada de limpieza y mantenimiento de cajas nido, dentro de las cajas encontramos multitud de cosas interesantes, desde nidos vacíos, puestas abandonadas y depredadas, hormigueros, avisperos e incluso colonias de abejorros. Cuando vemos señales de mordeduras o picotazos en la entrada a los nidales, sabemos que algo ha pasado y siempre nos viene a la cabeza dos cosas, la primera si son picotazos, pensamos en un pájaro carpintero y que ha podido depredar a los polluelos. Si son mordeduras, generalmente pensamos en ratas que bien han depredado los nidales o bien se están echando una larga siesta dentro. La cuestión es que al abrir las cajas nido, encontramos e imaginamos multitud de escenas y posibilidades sobre que ha podido pasar, interpretamos restos y señales y discutimos con la experiencia que tenemos adquirida sobre si un nido ha tenido o no éxito. Lo que no podíamos imaginarnos, es lo que vieron estos investigadores (ver nota de prensa).

Un equipo de investigadores de centros españoles, descubrieron que los herrerillos y los carboneros se engañan mutuamente para conseguir que una sola hembra críe los pollos de ambas especies. Reconocen este comportamiento como “parasitismo de puesta”, que podría estar provocado por la escasez de lugares adecuados para anidar. Juan José Sanz, investigador del Museo Nacional de Ciencias Naturales, reconoce que este comportamiento podría ser el inicio de un cambio evolutivo y quizá sea el primer paso de una futura estrategia reproductiva de parasitación de puesta entre ambas especies.

El estudio es muy interesante, con una muestra muy grande (1285 nidos) y los resultados son sorprendentes, puesto que una adopción forzada hace que los pollos piensen que son de una especie a la que realmente son.
